- 3.02 -


Envía este capítulo



Recordarme (?)



All personal information that you provide here will be governed by the Privacy Policy of Blogger.com. More...



Tres niveles conformaban el subsuelo de Ostrich City:

En el primero se encontraban los accesos a los locales comerciales y a las viviendas. No había un solo edificio que no se hubiese adaptado a las nuevas condiciones climáticas del planeta. Todos los inmuebles estaban dotados de su correspondiente entrada a la altura de la primera planta. La ley lo establecía así.

Grandes focos traumasphere de máxima potencia imitaban la luz natural del planeta Tierra contribuyendo a aportar una sensación cálida y acogedora a los viandantes. Las luces se habían distribuido uniformemente a lo largo y ancho de las galerías de la ciudad. Estaban repartidas por techos y paredes, de tal forma que no había un solo resquicio del primer nivel que no estuviese iluminado.

Había salidas de emergencia a cada paso y múltiples altavoces que reproducían sonidos terrestres tales como el murmullo del mar o el delicado canto del estornino californiano. Estas maravillosas pequeñeces, que relajaban sensiblemente a los ostrichianos, eran obra de Takeshi Oshinaga, el artista conceptual de moda durante las últimas tres décadas. Un portento.

Por su parte, los conductos del aire del primer nivel estaban dotados de gigantescos ambientadores con aroma a rosas y lavanda que, si bien no conseguían ocultar del todo el fuerte olor a gas y a humedad proveniente del segundo y tercer nivel del subsuelo, sí contribuían a que los ostrichianos aparcasen sus preocupaciones mientras paseaban por las calles de la subciudad. Alguna sustancia mezclada con el aire los mantenía prácticamente drogados a todas horas.

También se habían dispuesto cientos de carteles de carácter moral en que se recordaba a los ostrichianos lo esencial y saludable de desarrollar una conducta pacífica y correcta. Walter Scott Bismarck los mandó fijar a comienzos del siglo XXII, en plena era del Desmadre Intergaláctico. Eran así:

TRECE LUNAS


'Burt Reynolds no lo aprueba'. Y nadie contradice a Burt Reynolds en esta ciudad.

Así que se puede decir que, en 2315, el subterráneo de Ostrich City era algo bastante parecido a los grandes centros comerciales que florecieron durante el Siglo de la Globalización. Semejante a cualquiera de los Armenian Malls o los Karabekian Centers de Miami o Estambul.

El segundo nivel estaba destinado al tráfico de aeromóviles. Y, debido a la gran cantidad de gases tóxicos que emitían las micronaves, era imposible acceder a él sin una equipación especial. Sumergirse en la segunda planta era aventurarse en una peligrosa dimensión humeante donde la única ley que regía era la del más fuerte. Algo así como conducir en Madrid hace trescientos años.

El tercer nivel lo empleaban los transportes públicos y las empresas de abastecimiento. Las malas lenguas decían que la tercera no era la última planta, que había otra más y que en ella se desarrollaban oscuras actividades. Pero nadie llegó jamás allí. Y, si lo hizo, no vivió para contarlo.

Sal Huisman miró a su alrededor y se tocó la cabeza con la yema de los dedos. La sangre no tardaría en secarse del todo.


2 Responses to “- 3.02 -”

  1. Blogger Rebe 

    Menuda mirada...

  2. Blogger maRia 

    Ostrich City es un nombre curioso. Ya sólo por lo que implica el nombre, yo mandaría a unas cuantas personas que conozco allí, desterradas.

    Interesante texto, sí.

    (Gracias por tus palabras)

    Saludiños.

Leave a Reply

      Convert to boldConvert to italicConvert to link

 


El Autor

    Ray Hodges
  • rayhodges
  • Ostrich City, Athena
  • RAY J. HODGES nació en Dayton, Ohio, en 1945. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Columbia. Tras obtener su título universitario, y ante la imposibilidad de encontrar empleo como periodista, se dedicó a la vida contemplativa y al estudio del canto del estornino californiano. En 1978, a la tierna edad de 33 años experimentó una epifanía, se trasladó a vivir a España y se rebautizó José Antonio Labordeta pero nadie le creyó. Ha estado casado cuatro veces y se ha divorciado otras tantas. En la actualidad le es imposible desplazarse por motivos familiares.
  • Mi perfil

Recientes

Los Personajes



Ray Hodges

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.