- 3.09 -


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Time: 16:46

Sal acabó de ajustarse la cabeza gigante de perro. Miró a Disney a través de la pupila inexistente de unos ojos falsos. De repente la oblonga habitación de chillones colores parecía tener mucho más sentido. El traje perruno le quedaba como un guante.

—¿Y dice que este… Goofy le hizo ganar mucho dinero?

—Una cantidad inimaginable señor Rogers, inimaginable. ¡Por esto me llamaron genio!

—Lógico también —dijo Huisman, pero pensó "Cu-cú".

Disney miró alrededor, inquieto.

—Mire —dijo—. Esto no me gusta nada. Le tengo mucho cariño a este traje de mi fiel amigo Goofy. Hemos pasado tantas jornadas inolvidables…

El anciano parecía a punto de ponerse a llorar. Su cabeza volvió a sufrir otro extraño espasmo y una lágrima se deslizaba, ya errabunda e histérica, por una faz aterradora, estirada y artificial. A Sal le recordó a la famosisísima Cher que falleció, cogida de la mano junto a la también mítica actriz Concha "Matusalén" Velasco, durante la Nochevieja del año 2277.

—No sufra, buen hombre. Se lo devolveré intacto —Sal dudó un momento antes de continuar— Si le digo una cosa… ¿mantendrá el secreto?

—Nadie me creería, hijo.

—¿Cómo puedo llegar al antiguo Palacio de la Ópera?


3 Responses to “- 3.09 -”

  1. Blogger Eowin 

    100% leido todo.. y si me permites te hare una critica, no te enfades .. en estos últimos capitulos..,en 3.3 hay algo que se pierde..es un capitulo de transición y no aclara mucho.., y el encuentro con Disney aunque esta muy bien se deja un poco en el aíre.., ¿como puede ayudarle una anciano si hay una pultitud para lincharle? .Y ¿porque le ayuda?.., Y nuestro protagonista esta muy tranquilo .. una vez que se encuentra con esta personaje, apaleado .. desnudo.. despues de un día de perros .. y actua con un tranqulidad pasmosa. Y para teminar, una cosilla no conoce a Disney ni sus cosas, y escribes - " Creo que comeré un poco —dijo Sal mientras se servía un trozo de muslo encarnado y grasiento en su plato de papel del perrito Pluto."- Antes no sabia quien era el perro de ldel cuadro y luego hablas de Pluto sin una presntación oficial..

    Bueno, por lo demás me sigue encantando..., a esperas de nuevos capitulos.

    PS. Los personajes.. me gusta conocerlos al mismo teimpo que desgrano la novela.., poco a poco..

  2. Blogger rayhodges 

    En primer lugar, Eowin, quisiera agradecerte que te hayas tomado la molestia de leer todos los capítulos. Resulta muy halagador. Gracias.

    También te agradezco la atención y el espíritu crítico con que los has leído. Ahora intentaré aclarar algunos de los interrogantes que planteas:

    1.- La transición del capítulo 3.03 al 3.04, como bien dices, se desvanece y el hilo no se recupera hasta que Sal se despierta de su conmoción. El lector puede imaginar lo que quiera, pero lo más probable es que, después de los golpes, Disney recogiese a Huisman del suelo por simple compañerismo. Al fin y al cabo, los dos son seres marginados. Todo desplazado siente una especie de empatía hacia sus iguales. Esto también explica la actitud aparentemente tranquila de Sal.

    2.- Si vuelves a releer la frase "Creo que comeré un poco —dijo Sal mientras se servía un trozo de muslo encarnado y grasiento en su plato de papel del perrito Pluto" comprobarás que la alusión al perrito en cuestión no la hace Sal, que no tiene ni idea de quién es, —al igual que tampoco conoce a Mickey Mouse, protagonista del dibujo que pende de la pared— sino el narrador omnisciente, que sí lo conoce.

    Muchas gracias, una vez más.

  3. Blogger Eowin 

    Gracias a ti .., es un placer comentar una novela con su autor ;)

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El Autor

    Ray Hodges
  • rayhodges
  • Ostrich City, Athena
  • RAY J. HODGES nació en Dayton, Ohio, en 1945. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Columbia. Tras obtener su título universitario, y ante la imposibilidad de encontrar empleo como periodista, se dedicó a la vida contemplativa y al estudio del canto del estornino californiano. En 1978, a la tierna edad de 33 años experimentó una epifanía, se trasladó a vivir a España y se rebautizó José Antonio Labordeta pero nadie le creyó. Ha estado casado cuatro veces y se ha divorciado otras tantas. En la actualidad le es imposible desplazarse por motivos familiares.
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