—¿Puedo ayudarle en algo? —repitió Big Joe arqueando las cejas.
—Necesitaría establecer una comunicación urgentemente —respondió Sal intentando desviar su atención por un momento de la sinfonía de ruidos y olores que desprendía aquel inmenso saco de mierda apestosa.
—Gírese —dijo Big Joe mientras trazaba en el aire un leve círculo con el dedo índice—: El locutorio está justo detrás de usted.
Sin dejar de contener la respiración, Sal asintió con la cabeza en señal de agradecimiento y se dio la vuelta, pero no encontró allí ningún locutorio. Cuando volvió a girarse hacia el mostrador, extrañado, sintió un terrible impacto en la cabeza. Una punzada aguda acompañada de ruido de cristales rotos. Una botella. Alguien acababa de estrellar una botella contra su cabeza.
Lo único que acertó a ver antes de caer al suelo fue una sombra alargada, una figura frágil y borrosa, tambaleante. Lo último que oyó mientras se desvanecía fue la voz grave de Big Joe diciendo:
—Sacad a este cerdo de aquí.
Me siguen faltando datos... era Big Joe el guardián de la puerta... la puerta de dónde...por qué era hostil con Sal... y sobretodo el misterio del problemón de Sal...
Una novela que nos ofreces a cuantagotas!! :)
Las dos tenéis razón:
No se ha dicho todo lo claro que debía decirse, pero Big Joe era un bar de mala muerte. El único local que mantenía abierta la puerta de la calle a aquellas alturas de siglo en Ostrich City.
Big Joe es, al mismo tiempo, lugar de reunión de la disidencia. Y Sal Huisman era un extraño. Simplemente sospecharon de él y optaron por la solución más fácil.
En cuanto al misterio de Sal, muy pronto sabréis qué es lo que ha hecho y de quién huye. Será en próximas entregas.
Muchas gracias por seguir viniendo y leyendo.
Errata: Nos ofreces con "cuentagotas".
Esperaremos pacientemente.
Gracias, Mi.