- 6.10 -


Envía este capítulo



Recordarme (?)



All personal information that you provide here will be governed by the Privacy Policy of Blogger.com. More...



—Amigo Siphronius… —dice mi compañera, impertérrita— ¡Venir a verte es la cosa más parecida que existe a visitar al abuelo que nunca quise conocer!

Y mientras imágenes grotescas y obscenas surcan mi vacío neuronal —primero como meteoritos, más tarde como rapidísimas estrellas fugaces— me las ingenio para responderle cariñosamente y sin exabruptos.

—Si tu pobre abuelo fue en vida la mitad de adorable que tú, me cuesta bastante poco entender por qué nunca le quisiste conocer… Amiga Miranda —apostillé.

—Cuando te lo propones puedes ser realmente capullo… —contestó ella, enojada como una niña— Pero no pienses que voy a ponerme a discutir por una tontería, no… Tengo cosas más importantes que hacer que entrar al trapo con un viejo como tú. Recoge un poco esto y dime a dónde quieres que te lleve ahora.

—Siéntate y dime lo que sabes de Dolphin mientras yo busco el maldito nucleodinamizador termoatómico de aceleripartículas nitrooxigenadas anhidroespaciales. Debería estar por aquí…

—Te he dicho que no sé nada al respecto.

—Sé perfectamente lo que me has dicho. Ahora quiero que reconsideres tu postura y me digas la verdad. Será lo más inteligente, te lo aseguro. Piensa que tarde o temprano lo acabaré sabiendo, Mirandita.

—Sabes que no te voy a decir una mierda.

—Hagamos un trato: Tú me dices dónde está Dolphin y yo, a cambio, te entregaré a Huisman.

—¿Bromeas?

—¿Tengo pinta de estar bromeando? —me exalté, señalando con firmeza el lema de mi camiseta promocional del Procaz Tour y las bermudas de mi tataratatarabuelo Hugo.

—No puedes hacerme esto.

—Hay muchas cosas que no puedo hacerte ahora mismo, Miranda. Pero te aseguro que negociar es una de las pocas que sí puedo. Confía en mí.

—Está bien. Sé dónde están… —dijo Miranda, apesadumbrada y vacilante.

—Bien, ahora sólo tienes que decirme dónde. —Hice una pausa valorativa antes de continuar— Yo cumpliré mi parte del trato… Te lo prometo.

—El jodido Dolphin se esconde en el Palacio de la Ópera. Es hombre de Spandarian.

—¡Perfecto! —dije saltando.

—No saldrás de allí vivo, viejo chiflado.

—Eso ya lo veremos, Miranda. Ya lo veremos.

Mi nucleodinamizador termoatómico de aceleripartículas nitrooxigenadas anhidroespaciales está bajo el montón de Esquires desfasadas del armario. La más reciente es de burtembre de hace dos años. Lo abro con cuidado y empiezo a limpiar con él los cuatro cristales que todavía quedan en pie, tarareando la inefable canción de Goyo Ramos.

—¡Llámame maniático, —le digo a Miranda Butler agitando mi culo floreado— pero sin nucleodinamizador termoatómico de aceleripartículas nitrooxigenadas anhidroespaciales, los cristales no me quedan igual!

Escucho un suspiro profundo y algo que se parece al esbozo de un llanto. Creo que esta chica empieza a necesitar unas vacaciones.


0 Responses to “- 6.10 -”

Leave a Reply

      Convert to boldConvert to italicConvert to link

 


El Autor

    Ray Hodges
  • rayhodges
  • Ostrich City, Athena
  • RAY J. HODGES nació en Dayton, Ohio, en 1945. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Columbia. Tras obtener su título universitario, y ante la imposibilidad de encontrar empleo como periodista, se dedicó a la vida contemplativa y al estudio del canto del estornino californiano. En 1978, a la tierna edad de 33 años experimentó una epifanía, se trasladó a vivir a España y se rebautizó José Antonio Labordeta pero nadie le creyó. Ha estado casado cuatro veces y se ha divorciado otras tantas. En la actualidad le es imposible desplazarse por motivos familiares.
  • Mi perfil

Recientes

Los Personajes



Ray Hodges

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.